Lo vemos, lo sentimos y también lo imaginamos. ¡Qué rápido avanza la tecnología!
A los fanáticos nos encanta, para otros ni es relevante y quizás a algunas personas les da miedo el avance tecnológico. Pero si nos ponemos a pensar… ¡cada hora aparece algo nuevo! Es imposible estar 100% detrás de cada novedad tecnológica.
Pensar que hace algunos años casi ni escuchábamos hablar de la Inteligencia Artificial y de su impacto. A los amantes de los videojuegos se nos hacía más cercana esta tecnología. Por ejemplo, me acuerdo cuando en los juegos de mundo abierto llegabas a un sitio aleatorio y podías ver la IA en directo, a través de la colisión entre los vehículos de dos NPC (Non Playable Character) y posteriormente ver la interacción de los personajes.
La realidad es que llegó para quedarse. Desde los años 50 viene evolucionando paso a paso, pero el avance se hizo más notorio en la última década. Podemos ver en el día a día cómo van apareciendo nuevos sistemas que utilizan IA y que se hacen famosos inmediatamente por lo sorprendente, maravilloso y útiles que son. Con ChatGPT, fue tremendo ver cómo tan sólo en la primera semana que salió a la luz ya tenía un millón de usuarios utilizando el servicio.
Esta rama de la tecnología tiene impacto en distintos rubros: por ejemplo, en la medicina (para el análisis de imágenes médicas que ayuden a los radiólogos a detectar patologías o anormalidades); la agricultura (para mejorar la eficiencia, optimizando el uso de fertilizantes y agua en los cultivos); en el transporte (desarrollando vehículos autónomos capaces de funcionar en las calles sin intervención humana) y en muchos más.
En las finanzas, cada día se detectan múltiples usos para sistemas de Inteligencia Artificial. Los ejemplos más comunes son la toma de decisiones en base al análisis de millones de datos de mercado; el análisis técnico para predecir el movimiento de los precios y también puede ser inimaginablemente útil para el trading algorítmico.
Una IA aplicada al Mercado de Capitales también podría encarar tareas de automatización como corrección de datos de referencia de instrumentos, hacer automáticamente las liquidaciones luego de la sesión de negociación, detectar faltantes y sugerir cómo solucionarlos y hasta hacer recomendaciones en función del perfil del cliente y su historial de operaciones. Las posibilidades son infinitas.
Si a todo ésto le sumamos APIs, herramientas, recursos como entornos de simulación donde podamos jugar, aprender y probar sin correr riesgos, y lo más importante: la creatividad, se le puede sacar mucho provecho.
Para eso, en Primary contamos con reMarkets, un ambiente de simulación de mercados libre y gratuito, que funciona 24/7 y dentro de él se encuentran las APIs de Trading que permiten que cualquier entidad pueda conectarse al mercado a través de sus propios sistemas para consumir precios y/o enviar órdenes.
Para la Inteligencia Artificial es fundamental el desarrollo de algoritmos que permitan que cada sistema aprenda de manera automatizada. Pero sin duda, lo más importante son los datos, los que permiten nutrir cada sistema y darle pie a los algoritmos para que dichos sistemas aprendan nuevas habilidades. Por ejemplo, si queremos que un sistema de IA sea capaz de intentar predecir el precio de un instrumento financiero en el futuro y nos dé señales de cuándo comprar o vender dicho activo, deberíamos proporcionarle un conjunto de datos históricos y también información en tiempo real que hagan referencia a este instrumento. A través del proceso de entrenamiento, el sistema aprendería a distinguir las distintas señales en base a las cotizaciones que vayan surgiendo y los datos que el sistema ya conoce. Obviamente, tenemos que tener bien claro qué predicción queremos que haga el sistema.
Sin duda, la Inteligencia Artificial llegó para quedarse y evoluciona significativamente día a día, hora tras hora. Ahora, la creatividad es el límite.
¿Te animás a usar la Inteligencia Artificial para potenciar tus tareas diarias?
